Me encanta Portugal , y su gastronomía . Y cuando puedo , no dudo en volver a visitarlo . Tanto su comida como sus dulces, son espectaculares. En uno de mis viajes descubrí los pastelitos de Belem. A mi marido le encantan, asi que había que investigar cómo se podían hacer.
Cuentan que estos pasteles se hicieron por primera vez hace muchísimos años , en el Monasterio de los Jerónimos en Lisboa , y aún hoy se siguen haciendo . Si alguien dice que tiene la receta de estos pasteles,, casi me atrevería a decir que es imposible, ya que me cuentan que está guardada en secreto . y que a los pasteleros que los elaboran ,les hacen firmar un contrato de confidencialidad , para no revelarla nunca. Es más, el lugar donde se elaboran le llaman "Oficina del secreto" Asi que imaginaros que habrá muchas recetas de estos pastelitos, que quizá se aproximen a la original , pero sólo eso,, se aproximan .
Aquí os dejo la que llegó a mis manos y espero que os guste
INGREDIENTES
1 lámina de hojaldre (uso la de Lidl)
175 gr de azúcar (podéis echarle 200 ,si os gustan muy dulces)
125 ml de agua
30 gr de harina
4 yemas de huevo
250 ml de leche
un palito de canela
piel de limón ( sin la parte blanca)
azúcar glas y canela en polvo para decorar (opcional)
PREPARACIÓN
Ponemos el agua y el azúcar al fuego durante 4 o 5 minutos para hacer un almíbar . Apartamos del fuego y reservamos.
Separamos un poco de la leche y diluímos en ella la harina, removiendo bien para que no nos queden grumos.
El resto de la leche la ponemos a hervir con la canela en rama y la piel de limón. Cuando rompa a hervir, sacamos del fuego y dejamos un par de minutos. Colamos y la vamos mezclando despacio a la leche con harina. Removemos y podemos colar si vemos que nos quedasen grumos.. Una vez incorporada toda la leche , volvemos a poner al fuego sin dejar de remover y veremos que nos espesa enseguida. Cuando haya espesado , separamos del fuego y agregamos el almíbar , en forma de hilo fino , mientras vamos removiendo continuamente. Nos quedará algo asi :
Sacamos la masa de hojaldre de su envoltorio y la estiramos tal cual viene . Con ayuda de un molde redondo cortamos círculos lo suficientemente grandes para que nos cojan dentro del molde que vamos a usar.
